Son autores de algunas de las mejores fotografías contemporáneas que quizás hayas visto en redes sociales, portadas de revistas o anuncios de moda. El talento emergente de fotógrafos españoles está online. Estamos tras la pista de estos diez creadores.
Si sabes dónde buscar, Instagram puede ser mucho más que selfies y hashtags en el mundo de la fotografía. Algunos de los mejores fotógrafos emergentes españoles han encontrado el medio perfecto para promocionar su trabajo y su vida a través de esta plataforma social, porque en este espacio todo se mezcla. Moda, retratos documentales, viajes, surrealismo… Si por algo se caracterizan las nuevas generaciones de instagramers y fotógrafos profesionales es por su retrospectiva nostálgica, su conexión emocional con su trabajo y colores que parecen fuera de este mundo. Estas son las diez cuentas de fotografía que no pueden faltar.
Albert Bonsfills — @albertbonsfills
El relato de Albert Bonsfill nos recuerda una caja de zapatos llena de fotos, conectadas por su mirada irónica sobre lo que ve. Desde viajes a China, Japón o Vietnam hasta escenas del backstage de la Barcelona Fashion Week. “Todo mi trabajo dice algo sobre mí, sobre mis dudas, mis esperanzas y sueños. Es una herramienta que me ayuda a entenderme a mí mismo ya hablar. Destacaría el último trabajo que hice en Japón durante dos años, que cuenta la vida de Sakae Menda, un hombre condenado a muerte por un crimen que no cometió. Nadie quería publicar la historia, pero creo que es lo más hermoso que he hecho”.
Arnau Rovira — @arnauroviravidal
Más inclinado a la arquitectura que al ser humano, aunque ahora mismo está trabajando en su primer proyecto con personas, Arnau Rovira lleva años investigando espacios y objetos, jugando con la experimentación y la doble exposición. “Empecé a jugar con la doble exposición con una cámara analógica compacta y un día, por accidente, descubrí que al superponer ciertos edificios de una manera específica, surgen nuevas formas. Entonces, comencé a encontrar ciertos edificios y a fotografiarlos de esta manera. El resultado es la serie Re-form , que aún no doy por terminada”. Hoy, divide su tiempo entre proyectos personales y trabajos editoriales para XL Semanal, Wired o The British Journal of Photography,y ahora busca financiación para un fotolibro y una exposición que se llamará ‘Trilogía de arquitecturas poco comunes’.
Berta Vicente — @bertavicentesalas
Sus retratos son inconfundibles y se remontan a su infancia, cuando tuvo su primera Polaroid a los 8 años. Todos sus amigos fueron fotografiados entonces. A los 14 años sus abuelos le regalaron un teléfono con cámara, y así fue como Berta Vicente empezó a crear su mirada fotográfica. “Siempre he pensado que la fotografía es una forma de acercarme a lo que más me interesa, las personas y sus mundos. Por eso, aunque los límites entre las tendencias de la fotografía son cada vez más difusos, me gusta identificarme con la fotografía documental de retrato”, explica la fotógrafa, que también recomienda seguir el trabajo de sus referentes: Mary Ellen Mark, Susan Meiselas, Duane Michals , Maya Goded, Graciela Iturbide y Jack Davison.
José Luis Ollo — @joseluisollo
Entre la cotidianidad y la poesía, José Luis Ollo fotografía personajes y situaciones habituales de las calles de Pamplona. Su iPhonografía está inspirada en grandes fotógrafos como Josef Sudek y su serie sobre Praga; Jacques Henri Lartigue, por sus escenas melancólicas y cotidianas, o el surrealismo de Francesca Woodman y la mirada desconcertante de Diane Arbus. “Me fijo en cosas que vemos todos los días, pero que, sin embargo, creo que tienen valor poético. Además, Pamplona es una ciudad relativamente pequeña y es fácil salir del casco urbano y encontrar elementos periféricos (polígonos industriales, campos de cultivo, pequeños pueblos), que también me permiten ir más allá de los límites de lo que se suele entender como “fotografía de calle”. ”, explica Ollo.
Martina Matencio — @lalovenenoso
Feminidad, creatividad y pasión convertidas en poesía visual son la firma de Martina Matencio, conocida en la red como Lalovenenoso. Por su estudio han pasado y posan hermosas mujeres que caminan entre la autobiografía, la moda y el simbolismo de Matencio, inspiradas e influenciadas por el fotógrafo Frank Horvat. “Al final siempre digo que cada imagen es parte de un mapa para encontrarme. Espero que, al final del camino, pueda perfilar todo el recorrido y encontrarme por completo, pero de momento me quedan muchas fotografías por hacer”. Es autora junto a Alba Ribas de Tus ojos, mis manos, una reflexión fotográfica sobre la intimidad, el amor y el desamor.
Oliver Vegas — @ovunno
Cuando ves los extraordinarios paisajes de Oliver Vegas, te preguntas: ¿Será posible que este fotógrafo haya visitado los rincones más bellos de la Tierra? Él debe necesitar a alguien para llevar su bolso. Este fotógrafo explica que su pasión por la naturaleza y la mirada fotográfica surgió muy pronto, gracias a que sus padres le llevaban por los parques nacionales de España. Posteriormente, estudió Dirección de Cine, aprendió fotografía de forma autodidacta y comenzó a admirar a fotógrafos como Paul Nicklen, Steve McCurry o Cartier-Bresson. Su trabajo en el sector de la fotografía de viajes se consolidó en 2005, cuando comenzó a compartir sus instantáneas en las redes sociales.
Pablo Curto — @pablocurto
Increíbles imágenes de los paisajes de Ibiza para LOEWE, sesiones de moda para El País Semanal, anuncios de cosmética retro para Vogue Portugal… Cuando Pablo Curto decidió dejar su trabajo de ingeniero en 2013 para dedicarse a la fotografía, quizás no imaginaba cómo mucho cambiaría su vida. Pero es un buen trabajo que hizo, y podemos seguir su trabajo en Instagram. “Leí una cita de Alec Soth no hace mucho que decía que el mayor desafío para un fotógrafo profesional es crear imágenes que sean tan emocionalmente puras como un álbum familiar. Y es verdad. Hasta la fecha, me encanta el trabajo de Zoe Ghertner, Theo Wenner, Laura Jane Coulson, Josh Olins o Sam Rock”, asegura Curto.
Pilar Franco — @piluro
Esta joven fotógrafa asegura que su objetivo hoy es seguir explorando el mundo de la fotografía sin encasillarse en un movimiento concreto. Lo que le interesa es el cambio. Lo cierto es que Pilar Franco va del paisaje al retrato, de la arquitectura al rocío sobre una hoja, entre el sueño y la realidad. “Admiro la imaginación de Chema Madoz , el sentimiento surrealista de las imágenes de Cristina de Middel, la reapropiación del rosa por parte de Prue Stent o su interpretación de la figura femenina, la forma en que Lisa Carletta esconde la tristeza (también es una gran amiga), o la sencillez de Salva López” , reflexiona. Acaba de publicar su libro Brava, un diario visual desde una perspectiva femenina, escrito y fotografiado con Erea Azurmendi.
Raquel Chicheri — @raquelchichieri
Desde niña, Raquel Chichieri conectó la fotografía con su entorno familiar, como las revistas PHOTO francesas y los libros de fotoperiodismo que le mostraba su padre, y de quien heredó una Roll Kodak TX400, que aún utiliza. Fue finalista en los Sony World Photography Awards 2015 y logró el segundo lugar en los Sony National Awards. Después de un período fotográfico retratando a su pareja en los campeonatos de windsurf, Chichieri actualmente explora la fotografía artística y documental a partir de la vida cotidiana de sus tres hijos. Uno de sus últimos proyectos es Catalina´s World, un proyecto analógico protagonizado por su hija menor, inspirado en la pintura de Andrew Wyeth, Christina´s World.
Thais Varela — @azulclaritocasiblanco
Thais Varela, mejor conocida como Azulclaritocasiblanco, comparte pinceladas cinematográficas y exquisitos retratos que invitan al público a imaginar historias sobre cada imagen en su página de Instagram. Mujeres cosmopolitas que parecen criaturas mágicas y seres luminosos. Con esta trama desarrolla su trabajo como fotógrafa creativa, profesión que prácticamente aprendió sola. “Siempre me ha costado definir mi trabajo, porque de una sola cosa estoy segura, y es que me encanta fotografiar cualquier tipo de situación que me conmueva. En mis imágenes me gusta mostrar la sensibilidad que despierta en mí ver un rayo de luz, el color de una flor o la mirada de mi pareja”, explica Thais Varela, que nunca sale de casa sin su cámara y se ha convertido en una maestra. de color y luz.